The Nature Conservancy (TNC) invierte en acciones de monitoreo en muchos de sus proyectos de conservación. El monitoreo puede demostrar el éxito de nuestras mejores estrategias e indicarnos cuáles están funcionando mejor, o conducir a cambios de estrategias cuando estas no consiguen los resultados esperados. Hasta el momento, TNC ha concentrado la mayoría de sus iniciativas de monitoreo en el estado de los elementos de conservación de las reservas naturales. Conforme nuestra organización ha crecido y madurado, hemos ampliado el campo de acción de nuestro trabajo de monitoreo, de modo que hoy, este también incluye las Medidas de Efectividad
de Estrategias (MEE o SEM, por sus siglas en inglés). Para definir cuánto invertir en MEE, es necesario hacer un balance entre las tareas de monitoreo y las demás actividades que podrían cubrirse con los recursos disponibles. En este documento ofreceremos algunas directrices para decidir cuánto invertir en MEE. Los factores clave que intervienen en esa toma de decisión son: a) el riesgo potencial que representa esta estrategia para la organización, el cual puede calcularse en términos ecológicos, legales y de reputación, o determinarse a partir de la incertidumbre; y b) el aprovechamiento, es decir, el potencial de la estrategia para replicarse en otros proyectos y/o para incrementar el aprendizaje dentro de la organización. Presentaremos ejemplos concretos para ilustrar la relación entre estos factores y los costos del monitoreo, que oscilarán entre montos inferiores a $500 dólares anuales y superiores a $100,000 dólares al año2.
Aunque las decisiones de manejo tomadas sin contar con datos o información científica pueden resultar acertadas, la aplicación de las MEE permite tomar estas decisiones con base en la mejor evidencia disponible, cuya naturaleza depende de las circunstancias. Por ejemplo, en un proyecto de bajo riesgo, los directores podrían basarse tan solo en una serie de fotografías para tomar una decisión acertada sobre la efectividad de los trabajos de restauración de un arroyo. Estas imágenes se obtienen realizando una inversión relativamente modesta en monitoreo. Si, por el contrario, los directores tuvieran que demostrar ante un tribunal que sus actividades de restauración beneficiarán a las poblaciones humanas o de salmón, mejorando el suministro de agua o ajustando el caudal del arroyo a las variaciones estacionales, por ejemplo, la situación sería diferente. Para demostrar las bondades de su proyecto, los directores tendrían que disponer de un sólido diseño experimental y contar con medidas cuantitativas detalladas de los caudales y la calidad del agua del arroyo. En este caso, estamos hablando de una inversión significativa en monitoreo.  A menudo, no nos interesan solo los resultados específicos de un sitio o un proyecto, sino los alcances globales de las estrategias. ¿Podemos afirmar que, en promedio, el café cultivado a la sombra, conocido como Café de sombra, constituye un avance en la conservación de la biodiversidad? Para formular una generalización global, comparamos  sistemáticamente los resultados obtenidos en muchos sitios y los sintetizamos para orientar las inversiones, generales que se harán en una estrategia. Puesto que TNC promueve proyectos en muchos lugares, tiene la extraordinaria oportunidad de contribuir al aprendizaje global sobre estrategias de conservación realizando revisiones estas sistemáticas, conocidas como meta-análisis o Conservación basada en
Evidencia. El desarrollo de las actividades de monitoreo en cada sitio por separado puede enfrentar limitaciones de tipo espacial, ecológico, financiero o de capacidad. Si los fondos de TNC se invierten en monitoreo, los protocolos deben ajustarse a los mejores principios científicos disponibles tanto como lo permitan las circunstancias de cada proyecto. En consecuencia, los resultados de cada sitio pueden convertirse en una pieza valiosa de información de un análisis mucho más amplio, cuya meta sea mejorar la práctica global de la conservación.